1. INTRODUCCIÓN
«El libro a él atribuido se titula,
por su contenido principal, Sobre la
naturaleza, y está dividido en tres secciones: sobre el universo, la
política y la teología. Se lo dedicó al templo de Artemisa e intencionadamente
lo escribió, como algunos dicen, de un modo un tanto oscuro para que solo
tuvieran acceso a él los capaces de entenderlo y no fuera fácilmente
despreciado por el populacho […]»[1].
Oscuro,
enigmático, inquietante, difícil, provocador, amenazador… son calificativos que
en el trascurso de la historia han servido para rodear al «profeta del logos»
de un halo de misterio y admiración, a la vez que le sitúa en un lugar
privilegiado en el universo filosófico.
Se conservan de
él un centenar de fragmentos de tipo B (originales, escritos por él) y muchos
de ellos son de lectura muy complicada, abiertos a la interpretación, debido a
su estilo aforístico y forzando el sentido de las palabras. Comentar los textos
de Heráclito es un trabajo complejo y la posibilidad de entenderlo por completo
resulta sumamente improbable.
Ya en la modernidad fascinó a importantes filósofos,
tales como Hegel, Nietzsche, o Heidegger cuyo modelo de escritura se inspira en
la “oscuridad” de Heráclito. La provocación de este se hace explícita al percibirse,
en ciertos párrafos, su desconfianza en la incapacidad de entendimiento del
lector y, atendiendo a cierto carácter misógino, considerar su intelecto muy
por encima del resto de los mortales.
Su
interpretación sigue siendo un reto, el juego del “querer decir”, y lo que más
fascina es su capacidad para mostrar la verdad al que la sabe leer, a veces
entre líneas, otras por acentuaciones prosódicas, otras oraculares, etc., pero
siempre dirigiendo su voluntad a la provocación del lector.
El pensamiento
de Heráclito se sustenta en sus alusiones épicas, gnómicas, délficas y
políticas, si bien, dentro de esta clasificación general, podemos realizar otras
agrupaciones, tales como las que tratan sobre el logos, las que hablan del fuego, incluso del hombre y su alma.
Trataré de exponer, en este trabajo, solo una pequeña muestra de textos con el
fin de que sirvan de ejemplo de la inmensa profundidad de sus palabras, de la
dificultad para interpretarlas, incluso de una estratagema fonética. Dada la
extensión y complejidad de la obra de Heráclito, me veo obligado a ser muy
restringido a la vez que debo intentar ofrecer una ligera idea del modo de
escritura de este gran ¿filósofo?
2. ALUSIONES
ÉPICAS
2.1. LAS
TENSIONES
«La estructura
del ser es contrariedad, el ser no sería si no contuviese contrarios».[2]
Por supuesto que estos no son términos de Heráclito, pero para él la
contrariedad está contenida en el ser mismo, así es que:
«Dios: día-noche, invierno-verano,
guerra-paz, hartazgo-hambre. Pero se toma otro cada vez, igual que el fuego,
cuando se mezcla con los inciensos, se llama según el gusto de cada uno»[3].
Eso es, los
contrarios no son tal, sino que son uno. La naturaleza entera se concibe como
confrontación entre opuestos, tensión entre contrarios. El equilibrio total del
cosmos solo puede mantenerse si el cambio en una dirección comporta otro
equivalente en la dirección opuesta, es decir, si «hay una incesante ‘discordia’
entre opuestos»[4].
De la misma manera, también las palabras «uno y lo mismo»[5]
aparecen empleadas como una nueva
ilustración de los opuestos, donde aspectos diferentes de la misma misma cosa
pueden justificar descripciones opuestas.
«No comprenden como lo divergente
converge consigo mismo; ensamblaje de tensiones opuestas, como el del arco y el
de la lira»[6].
Para tensar un
arco hace falta que operen dos fuerzas opuestas, esto no se comprendería si se
entendieran los contrarios como entidades separadas, como una positiva y otra
negativa, es decir, que los contrarios podrían no entenderse como una cuestión
de oponentes sino que estos forman un principio de unidad y de coexistencia: de
‘armonía’ como término genuino de Heráclito. Esta lucha constante se encuentra
tanto en el cosmos como dentro del propio ser humano.
2.2
LOS CONFLICTOS
Pero esta
confrontación, como principio activo, atiende a la «posición hegemónica de la
guerra (polemos) y la disputa (eris) en la generación y jerarquización
de los seres»[7] y supone lucha, discordia, contienda, es
decir, que todo lo que existe está en continuo conflicto, no solamente con las
otras cosas, sino incluso consigo mismo:
«La guerra de todos es padre, de
todos rey; a unos los señala como dioses, a otros, como hombres; a unos los
hace esclavos, a otros, libres»[8].
Heráclito califica la guerra de rey y padre de todas
las cosas, que son cualidades propias de una divinidad, ya que «no parece casual que los más destacados
poetas hubieran utilizado esos mismos atributos para describir el poder de
Zeus, la principal divinidad olímpica»[9].
La distinción
entre hombres y dioses, parece, ha sido revelada por la guerra, por lo tanto,
no hay esclavos ni hombres por naturaleza, sino que es la guerra la que los
vuelve así. Esta hace a unos esclavos y a otros libres, en lo que se podría
basar la tesis filosófica griega sobre la esclavitud.
«Necesario es saber que la guerra es
común; la justicia, disputa, y que todo acontece por disputa y necesidad»[10].
La guerra, al ser común, algo que está por encima de todo
como principio estructurador, esa oposición de sí contra sí, esa lucha que es
al mismo tiempo armonía, ¿podría ser considerada quizá como un arkhé? Podría, pero parece más lógico «que se
hubiera identificado con el dios Ares, omnipresente en la poesía épica»[11]. La
justicia (dike) se asocia con la disputa (eris), por tanto, las
cosas que ‘son’, son consecuencia del conflicto. No hay de qué
lamentarse, porque nada es por injusticia, sino que todo es armonía cósmica: el
cosmos como tensión entre opuestos.
3.
ALUSIONES GNÓMICAS
Gnómico de gnome (conocimiento),
es el modelo de sabiduría de los griegos basado en la de los siete sabios, que
se explicaban lacónicamente (corto, conciso y directo). Heráclito también
presenta este estilo braquilógico. La pretensión de decir mucho en pocas
palabras, un recurso aforístico e impactante de la escritura de Heráclito. Un
ejemplo paradigmático de este estilo es la siguiente afirmación:
«La verdadera naturaleza
gusta de ocultarse»[12].
«Physis kryptesthai philei»
Si la Physis es
lo que se muestra, aquello que nace ¿por qué gusta de ocultarse? ¿Es una
paradoja o contiene un trasfondo que Heráclito juega a ocultarnos? Quizá
podamos aceptar el reto de la frase y profundizar un poco más en ella. La
palabra physis está compuesta por phy (de phyo, nacer de las plantas), y la terminación sis que da un sentido de acción a la raíz. Los romanos tradujeron
la palabra nascor (nacer) por
‘naturaleza’, y si lo que nace siempre quiere mostrarse, la frase de Heráclito
nos llevaría a una enorme contradicción. Pero llama la atención la referencia
de Homero:
«[…] Pues unas hojas las tira al suelo el viento, y
otras el bosque, al florecer,
las hace nacer (physei), al llegar la estación de la
primavera.
Del mismo modo, el linaje
de los hombres, uno nace (physei) y
el otro languidece»[13].
Donde parece apreciarse claramente la comparación entre el
nacimiento y la muerte de los hombres con el florecer y el caducar de las hojas
de los árboles. Ciertamente no caben dudas al respecto. Pero hete aquí la sagacidad
de Heráclito y el ejemplo evidente de que la frase gnómica va mucho más allá de
lo que parece. Para ver hasta dónde nos lleva hemos de remontarnos al uso original de la palabra physis, que utilizó Homero en una sola
ocasión en la Odisea:
«Habiendo
hablado así, el Argifonte (sc. Hermes) me dio el remedio.
Tras haberlo arrancado
de la tierra me mostró su naturaleza (physin).
Era negra su raíz pero
la flor se asemejaba a la leche[14].
Los dioses la llaman
“moly”, muy difícil de arrancar
para los mortales.
Pero los dioses lo pueden todo»[15].
Así pues, el primer uso que
hace Homero de la palabra physis, es para referirse a una planta. Hermes
enseña a Odiseo la physis de la
planta ‘moly’: la parte que se ve es blanca (como la leche), y la oculta, su
raíz, es negra. Pero al mismo tiempo, le desvela un secreto: sin raíz no habría
flor, es decir, lo que le da vida está oculto; lo que hace que haya physis, es la raíz.
También se podrían derivar
las funciones hermenéutica y hermética de Hermes. Este hace de mensajero,
enseña lo que está oculto, lo que está hermético, y a lo que solo él tiene
acceso; pero además es hermenéutico, pues otorga a Odiseo el camino de una
interpretación verdadera. La paradoja es evidente: lo más importante (la
verdadera naturaleza) de una planta está oculto.
4. ACENTUACIONES FONÉTICAS
No quiero acabar este somero repaso a algunos textos de
Heráclito sin reparar en dos que reclaman una curiosa atención[16]:
«La guerra de todos es
padre, de todos rey […]»[17].
Como se puede comprobar en esta alusión a la guerra, la
acentuación prosódica de la frase recae en sílabas fuertes, lo que le confiere
una pronunciación potente, con lo que remarca su rotundidad marcial:
V
V V V
V
Polemos panton men pater
esti, panton de basileus…
En cambio en esta otra alusión, que puede referirse a la
muerte y al destino del alma:
«A muertes más grandes,
más grandes destinos tocan»[18].
→
→ → → →
Moroi gar mexones mexonas moiras lagchanousi…
La pronunciación está afectada por la fonética larga,
quejumbrosa y fúnebre de la muerte (moiras).
Son dos muestras de otras tantas estrategias
con las que contaba Heráclito para otorgar énfasis y misterio a unas palabras aparentemente
claras y evidentes, pero llenas de celadas dispuestas por la forma oracular,
délfica, con las que velaba su verdadero significado.
Nicolau Ballester
Diciembre de 2017
BIBLIOGRAFÍA
Casadesús, F.
2009. La transposición del lenguaje épico en el pensamiento
filosófico de Heráclito. En Nuevos Ensayos sobre Heráclito. Actas del
segundo Symposium Heraclitium. Enrique Hülsz Piccone Editor. México.
Castoriadis, C.
2006. Lo que hace a Grecia. Fondo de
cultura económica. Buenos Aires.
Kirk, G.S., Raven, J., Schofield, M.
2014. Los filósofos presocráticos.
Gredos. Madrid.
Nestle, W. 2010.
Historia del espíritu griego. Ariel.
Barcelona.
Ortiz Sainz, J.
2007. Diógenes Laercio. Vidas de filósofos ilustres. Ediciones Omega.
Barcelona.
He utilizado también:
Apuntes de clase.
Traducciones
proporcionadas en clase por el Dr. Casadesús.
[1]
Ortiz Sainz, J. 2007. Diógenes Laercio. Vidas de filósofos ilustres. Ediciones
Omega. Barcelona. Pág. 326.
[2]
Castoriadis, C. 2006. Lo que hace a
Grecia. Fondo de cultura económica. Buenos Aires. Pág. 277.
[3]
Traducción proporcionada en clase por el Dr. Casadesús. DK 67. Markovich 77.
[4] Kirk, G.S., Raven, J., Schofield,
M. 2014. Los filósofos
presocráticos. Gredos. Madrid. Pág. 260.
[5]
«Camino arriba, camino abajo, uno y el mismo». Traducción proporcionada en
clase por el Dr. Casadesús. DK 60. Marcovich 33.
[6]
Traducción proporcionada en clase por el Dr. Casadesús. DK 51, Marcovich 27.
[7] Casadesús, F. 2009. La
transposición del lenguaje épico en el pensamiento filosófico de Heráclito.
En Nuevos Ensayos sobre Heráclito. Actas del segundo Symposium Heraclitium.
Enrique Hülsz Piccone Editor. México. Pág. 139.
[8]
Traducción proporcionada en clase por el Dr. Casadesús. DK 53. Marcovich 2.
[9]
Casadesús, F. 2009. La transposición del lenguaje
épico en el pensamiento filosófico de Heráclito. En Nuevos Ensayos sobre
Heráclito. Actas del segundo Symposium Heraclitium. Enrique Hülsz Piccone
Editor. México. Pág. 140.
[10]
Traducción proporcionada en clase por el Dr. Casadesús. DK 80. Marcovich 1.
[11]
Casadesús, F. 2009. La transposición del lenguaje
épico en el pensamiento filosófico de Heráclito. En Nuevos Ensayos sobre
Heráclito. Actas del segundo Symposium Heraclitium. Enrique Hülsz Piccone
Editor. México. Pág. 140.
[12]
Traducción proporcionada en clase por el Dr. Casadesús. DK 123. Marcovich 8.
[13]
Ibíd. Homero. Il. 6. 145-149.
[14]
Los opuestos negro/blanco. La raíz, lo oculto, es negro; lo bello, lo visible,
la flor es blanca. Recuerdo la magnífica referencia comparativa del Dr.
Casadesús con el pancratium maritimum.
[15]
Traducción proporcionada en clase por el Dr. Casadesús. Homero. Od. 302-306.
[16]
Dicha atención fue despertada y explicada en la clase del 24/10/17 por el Dr.
Casadesús
[17]
Traducción proporcionada en clase por el Dr. Casadesús. DK B53.
[18]
Ibíd. DK B 25.
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