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domingo, 8 de noviembre de 2015

NUEVA CONSTITUCIÓN PARA QUE NADA PUEDA CAMBIAR



Si Albert Rivera y “Ciudadanos” fueran liberales podríamos estar tranquilos, pero son fieles continuadores del “absolutismo democrático”, y me explico. El liberalismo, por definición, defiende la libertad del individuo tanto como evita la intromisión del estado en la vida social y económica. Estas premisas, en cambio, no aparecen o lo hacen solo sesgadamente en los idearios de los que dicen formar “el moderno centroderecha”. Sin ir más lejos, el aludido nuevo adalid de la derecha española, presentó ayer, en loor de multitudes, su propuesta de reforma constitucional. El objetivo principal de Rivera es encerrar para siempre, en la prisión de Montecristo (Castillo de If en la bahía de Marsella), el modelo territorial español y su inherente traspaso de competencias. Es decir: — Nacionalistas: ¡Esto se ha acabado! Se trata solamente de maniatar definitivamente a las comunidades autónomas y a sus pérfidos separatistas, ya que ahora están en Catalunya, pero “en cualquier monte aparecen setas”. Para disipar cualquier duda de la derecha más sórdida, su propuesta constitucional se apunta al carro del PP en cuanto a legislar positivamente un nuevo modelo de financiamiento autonómico, basado en una cartera de servicios públicos comunes y proclaman “acabar con los privilegios forales”. Recuerden los más ancianos, lo vivido cuando Felipe V vendió su alma, y Gibraltar, y Menorca a los ingleses para someter el Reino de Aragón al nacionalismo centralista, cuyos incondicionales, como ahora, aplauden que se rebajen privilegios de los otros en lugar de exigir que se igualen los suyos con los que más tienen. Es la muestra del tipo de envidia más miserable, la española: conformarse con que se le arrebate al prójimo lo suyo de manera que tenga lo mismo que uno, olvidándonos de que se le puede exigir al mismo ejecutor que no quite ningún derecho a los demás, sino que iguale a todos haciendo extensivos esos privilegios a todo el país. Finalmente, en este aspecto, la Constitución de Rivera no contemplaría el artículo 150.2 actual, que permite traspasar competencias estatales a las autonomías. De esta manera, se me ocurre, desaparece el poder de esos partidillos de provincias que han extorsionado a los nobles gobiernos exigiendo nuevas prebendas autonómicas a cambio de poner su voto a disposición del gobernante de turno. Se ha acabado: — Diputados de provincias, ya no tendréis tenazas para cogernos por las gónadas: ¡habéis perdido vuestra razón de ser! Esto, me da la sensación, de que no forma parte del liberalismo entendido como libertad. Pero, por si no fuera suficiente y todavía quedara algún traidor a la patria, la propuesta constitucional de Rivera contempla que, en caso de crisis — se refiere a que “el monte se llene de setas”— el estado debe disponer de nuevas herramientas para controlar y tener primacía sobre las autonomías, es decir “sobre los otros”. Hay que colocar a cada uno en su sitio. Frente al modelo federal del PSOE, el modelo centralista de Ciudadanos. ¿Y todos los demás? Estos no quieren otro modelo político, quieren el mismo, pero siendo ellos los que manden. ¿Y Podemos, también cojean del mismo pie? Bueno, basta de digresiones, vuelvo al tema central.
Después de arrebatar toda posibilidad de libertad nacionalista a los provincianos, vienen las aportaciones populistas como pasto para el ganado indeciso: desaparición del Senado, aunque sustituido por un ¿consejo de presidentes?, abolir el Consejo General del Poder Judicial y dar poderes al presidente del Supremo “que pasaría a ser elegido de forma más democrática”. Por supuesto, señor Rivera: si el poder en cualquier campo está concentrado en una persona o institución, basta con controlar a una persona o a una institución para que pase a ser un siervo más del poder. Más medidas populistas: supresión de los privilegios a los parlamentarios —brindis al sol si no se pormenoriza— y un paquete de nuevos artículos dedicados a los derechos sociales. Por supuesto, cuando un derecho social debe ser regulado lo único que podemos sacar en claro es que tendrá límite.
Alguien nos ha vendido que el cambio político en España debe fundamentarse en el rejuvenecimiento de sus dirigentes, en la aparición de nuevas siglas y en propuestas ocurrentes y nuevo talante que, todo junto, debe diluir la pátina rancia de los partidos de siempre y llevar a sus “súbditos” (aquella calificación que sustituyó la Constitución de 1812 por la de “ciudadanos”) al mayor grado de sumisión, solo comparable al padecido durante los cuarenta años de dictadura, con una falacia premeditada y ruin que permite adocenar por fe y convencimiento a una gran proporción de nacidos en este país.
Señor Rivera, con esta reforma constitucional que propone y promete poner en marcha en el caso de gobernar después del 20 de diciembre, la libertad del individuo y de muchos colectivos queda cercenada, la intervención del estado en la vida social es ostensible, pero el gran liberalismo neoespañol del futuro sigue respetando y sin coartar por constitución alguna a la economía: las SICAV españolas —un 70% de sus recursos invertidos en el extranjero—, las multinacionales que intoxican la atmósfera a la vez que se enriquecen ofensivamente, la delincuencia fiscal que supera a todas las setas que puedan poblar nuestros montes, nada de desigualdad, pobreza, desempleo: el liberalismo es dar autonomía a las empresas para que creen riqueza, no para que se enriquezcan unos pocos. Nada sobre derechos de trabajadores, derogación de reformas laborales, nada de conservar una docencia con asignaturas que ayuden a la independencia racional del individuo tipo humanidades, nada sobre el éxodo hacia Europa de seres humanos perseguidos. En definitiva, el señor rivera podría ser perfectamente un Rajoy recién graduado: liberalismo, sí, pero solo económico. Demasiados cambios para seguir igual que en 1715.
Colau
08/11/2015

domingo, 4 de octubre de 2015

LA FALACIA DE LA EXPERIENCIA



Cuando de alguien no puede citarse otra virtud que su experiencia, se le está suponiendo un nivel intelectual no superior al del hombre de cromañón. Esto viene a colación por la apología de la nada que hace Rajoy cuando apela a votar su experiencia en las elecciones generales de diciembre. Me gustaría dejar en su sitio lo que es y qué significa tener esta cualidad.

La experiencia solo puede ser adquirida en un aspecto de la vida, y es aquel en el que privan las leyes físicas, que se repiten una y otra vez independientemente del momento, de la oportunidad y del estado anímico del individuo. Por ejemplo, si ponemos en la ensalada una hierba de inmejorable aspecto nacida, pero no sembrada, en el huerto, y a causa de su ingestión se nos despliega una horda de síntomas gastrointestinales, la experiencia nos permitirá valorar en su justa medida a esta hierba, bien para no volverla a comer, bien para que en pequeñas dosis pueda ser utilizada como laxante.

En cualquier otro aspecto de la vida humana la experiencia es un bluf. La que se le otorga gratuitamente al anciano, la que se autoconcede en amores aquel que se divorciado cuatro veces, la del político que cree en la falacia extendida de que el tiempo en un cargo es sinónimo de infalibilidad; la experiencia en el trabajo será útil si nos referimos a un trabajo mecánico, carpintero, herrero, fontanero, electricista, es decir, aquellos que saben que pillarse el dedo con un martillo o tocar dos cables que llevan corriente de 220v es, en todos los casos, desagradable. Pero en todo aquello que tenga que ver el intelecto y la razón la experiencia es vacua.

Cualquier acción suele ser precedida por una determinación y esta, por un estado de ánimo, por unas circunstancias y por un momento en el tiempo y en el espacio. Ningún resultado surgido de una acción de hace veinticinco años, lleva adherida la certeza, ni tan siquiera la probabilidad de que realizando la misma acción, con los mismos personajes y escenario los resultados resulten siquiera parecidos.

En política, resulta evidente que cualquier decisión, ley o acuerdo, puesto que vienen determinados por condiciones de tal complejidad que jamás volverán a darse, por lo que de poco sirve la experiencia del mandatario que actuó de esa manera en su momento.

En la Bolsa ocurre lo mismo, si sirviera la experiencia todos los jugadores serían multimillonarios, pero sucede que, por distintas circunstancias,  lo que en un momento y en unas condiciones llevó a la subida de un valor, en otro momento, con aparentes circunstancias similares, sucede todo lo contrario.

En el amor, ni que decir tiene que los sentimientos cambian y se regeneran tanto como nuestras células, y que los aciertos y errores cometidos en una relación, indefectiblemente pueden ser cometidos nuevamente, precisamente porque las circunstancias, ni siquiera nuestros principios suelen ser los mismos en todo momento. Con el paso del tiempo, lo único que queda de aquella persona que reconocemos como a nosotros mismos es el carné de identidad y algunas fotos con cierto parecido. Nada más.

El pobre hombre, o mujer, al que sus amigos y la sociedad en general solo le otorgan el valor de la experiencia, en realidad no le están haciendo ningún regalo. Cualquier situación vivida por esta persona anciana a lo largo de su vida, de repetirse en la actualidad, el riego de equivocarse es exactamente el mismo que cuando se produjo su momento. A esta edad, la única experiencia que se tiene es la de los fenómenos físicos, que por observación —porque los estudios pueden escasear— han quedado grabados en la mente de alguien y que le concedemos el valor que le corresponde, pero caemos en el grave error de extrapolar esta natural experiencia física y confundirla con la prudencia de saber que de nada sirve para el resto de circunstancias vitales.

Señor Rajoy, si la experiencia existiera como principio de sabiduría, los recuerdos sobre su capacidad de mando nos harían votar sin duda en su contra, pero tiene la suerte de que, precisamente por no existir lo que usted pregona, tiene la oportunidad de hacer todo lo contrario de lo que ha hecho hasta ahora, y empezar a comportarse con el respeto que nos merecemos los que tomamos cada instante como único e irrepetible.

Colau
04/10/2015      

viernes, 2 de octubre de 2015

MACHISMO 2.0



El machismo sigue rodeando, yo diría más que nunca, nuestras vidas, las relaciones interpersonales y la utópica igualdad soñada por millones de mujeres…, y algunos hombres.

No hemos dado una paso adelante ni aun sin querer

No voy a escribir un ensayo sobre el tema, solo quiero aportar algunos datos observados del machismo de la vida cotidiana. Del nuevo machismo 2.0, el que se convierte en costumbre y subyace en toda mentalidad, supuestamente liberada, moderna y occidental, que se cree a la vanguardia de los derechos de la mujer, en cambio su actitud no es más que un despojo de indecencia, hipocresía y misoginia encubierta con grandes palabras de dignidad universal, es decir, vacías.

1.- Todos los manifiestos feministas son aceptados por los acólitos del buen rollito, aunque indefectiblemente terminan en un “pero...”.

2.- Nos hemos sacado de la manga el palabro “hembrismo” para poder seguir acusando a mujeres, dejando impoluto el que mandan los cánones: “feminismo” (no sea cosa que pase por lo que no soy).

3.- Los hombres de mi edad con los que mantengo relación desprenden tal desprecio hacia el género femenino en sus opiniones, actitudes y actos, que solo me quedan dos opciones, o echarme a llorar y esperar que la muerte me libere de esos personajes, o mandarlos a paseo para tratar con otros que, lamentablemente, serán de la misma catadura, pero modernos y por tanto maestros del eufemismo.

4.- Alguien ya se habrá preguntado por qué me excluyo, por qué soy diferente. Yo no soy diferente, soy un borrego más a las órdenes del poder masculino. Si no fuera así sería un eremita urbano o un malcarado con postura agonal ad infinitum.

5.- Los niños, al tener a padres que son muy machos, quieren hijos más machos todavía. No son colaboradores útiles para la causa, sino el conservadurismo de este racismo encubierto.

6.- Todos aceptan que las mujeres son tan inteligentes como los hombres, pero así y todo se les paga menos que a estos, y son discriminadas por su insuficiente (¿?) fortaleza o por su mala costumbre de dejar el trabajo para parir.

7.- Los hombres son malintencionados interesadamente cuando argumentan lo que les complace a las mujeres sentirse agasajadas, mimadas e invitadas. Confunden intencionadamente lisonjas con educación. La misma educación que utilizamos cuando compartimos diversión con amigos masculinos, pero que en estos casos entendemos que no son aprovechados interesadamente por nuestros colegas. En el caso de las mujeres, sí.

8.- Las bromas machistas no han disminuido lo más mínimo. La actitud policial de la esposa o pareja, las desavenencias con la suegra, nunca con el suegro, el prefijo “todas las mujeres…”, siguen siendo causa de mofa machista.

9.- El motivo por el que no se trate psicológicamente a los agresores de mujeres y se les limite a cumplir penas de privación de libertad, es muestra de la total ausencia de deseo de que los agresores se rehabiliten antes de llegar a la “última” agresión.

10.- La caza, los toros, el boxeo, las religiones, etc., son focos de un machismo exacerbado. Cualquier defensa de actividades que funcionan a base de testosterona, ayuda a mantener la llama encendida del machismo.

11.- Que las estadísticas afirmen que solamente el 35% de los hombres son infieles a sus mujeres en España, es por la simple razón de que “ir de putas” no se considera infidelidad.

12.- La relación con prostitutas es la cosificación genuina de la mujer. La mayor degradación de la dignidad de un ser humano es quitarle su humanidad y convertirla en objeto. Se me dirá que la prostitución ha existido siempre y yo contestaré que las infecciones fueron desde siempre incurables hasta que se descubrió la penicilina.

13.- “No todos los hombres somos iguales” es una de las defensas del machismo 2.0, y tienen razón puesto que no somos iguales, sino parecidos.

14.- “Hay mujeres muy retorcidas” argumentan algunos. Sí, y un porcentaje elevado de estulticia general, equivalente en todas las capas sociales y en todos los sexos, pero esto nos iguala más que nos separa, como en cambio sí hace la frase inicial.

15.- “El primer enemigo de la igualdad de la mujer es el hombre, el segundo, la propia mujer”. Sí, pero el primero es el hombre y a mucha distancia.

16.- El peor problema que tiene el machista 2.0 es que solo tiene amigos, porque sus expresiones u opiniones serían ofensivas delante de mujeres. Decir amiga es decir sexo. La machista 2.0 acepta ese rol y tiene solo amigas para no ofender a su pareja, por las connotaciones que esto conlleva.

17.- “La solución al problema de igualdad entre sexos está en la educación”. Y es completamente cierto, pero ¿qué pueden enseñar los machistas 2.0 a parte de más machismo pero con estética tardomoderna?

18.- La gente adecuada para solucionar esta milenaria actitud no se encuentra en gobierno alguno. Los gobernantes son antifeministas y, en el mejor de los casos, condescendientes con las proporciones que dicta lo políticamente correcto, que sustituye en la mayoría de casos al profundo convencimiento.

19.- La “Solución Universal” pasa por la creación de una ética feminista con fundamentos discursivos y con interlocutores válidos para salvaguardar la igualdad, la justicia y la dignidad de las mujeres. Ardua labor encontrar estos interlocutores en un mundo donde el machismo no existe en su pureza, sino aleado con todos y cada uno de los ámbitos de la cultura.

20.- Si conviertes a tu pareja en tu mejor amiga y ella te convierte en su mejor amigo, el respeto que eso produce deslíe cualquier actitud de preponderancia. Quizás esto sea base suficiente para que, en lugar de educar nuevos machistas 2.0, empecemos a criar seres humanos 1.0.

Colau
02/10/2015

P. S. A la igualdad no se accede con “pin”.