EL TEXTO DE
ANAXIMANDRO DE MILETO
El primer
principio: “a1rch’” es “tò a5peiron”
v Simplicio,
un neoplatónico del siglo VI
d. C., recogió una cita de la obra de Teofrasto “Opiniones de los físicos”, y la refiere en su obra In Aristotelis Physica Commentaria (24,
13), DK (12 A 9 y 12 B 1), mil años después de que fuera escrito por
Anaximandro de Mileto (610-548 a. C.). La
versión que transcribo es la del libro de Teresa Oñate, El nacimiento de la filosofía en Grecia. Viaje al inicio de occidente.
v Simplicio,
Phys. 24, 13 (DK 12 A 9 y 12 B 1)
Ø “Anaximandro de Mileto […] dijo que el principio y elemento
de los entes es lo ilimitado (tò
a5peiron), / siendo el primero en
introducir este nombre para el primer principio. / Dice que el primer principio
no es el agua ni ningún otro de los llamados elementos, / sino alguna
naturaleza distinta, ilimitada, de la que nacen todos los cielos y los mundos
que hay en ellos. / «De donde les llega
el nacimiento a los seres, / hacia lo mismo les llega también la destrucción
«según la necesidad; / pues se dan unos a otros justicia y pago por su
injusticia según el orden del tiempo», / diciéndolo así en términos
bastante poéticos”.[1]
Contexto Documental y justificaciones
v “Occidente
nace con la filosofía griega, mientras que nuestra memoria-histórica
documental se remonta a su primer escrito filosófico como una carta
fundacional. Este escrito proviene de la Escuela de Mileto, por lo que sería en esa ciudad costera del Asia
Menor donde se localiza la primera huella de nuestra memoria y la cuna de la
filosofía”.[2]
v Este
escrito parece dirigido a toda la sociedad de su época, la
cual basaba sus creencias en la teogonía y cosmogonía de Homero y Hesíodo, mientras que Anaximandro intenta,
por primera vez, ofrecer una visión basada en la ciencia de la naturaleza, en la razón
para discernir.
Ø A
partir de este proceso de fu1siç y de
razón ya se
puede anunciar la Ciencia.
v La
creencia de que los procesos naturales son producidos por la propia
naturaleza y no por los dioses es de extrema importancia puesto
que
Ø nos
abre a la diferencia
entre filosofía y mitología.
v Por
otra parte, muestra su desacuerdo con su amigo y maestro Tales en cuanto a utilizar una sustancia primaria
como a1rch’, en este caso, el agua. Como todo lo que deviene perece, no puede ser un
principio por lo que Anaximandro propone un elemento inimaginable:
Ø lo que podría entenderse como el inicio de la
metafísica.
Analogías
v Habla
de cielos y mundos en plural. Esta concepción de innumerables mundos no se hace plausible hasta finales del s. XX cuando se demuestra la
posibilidad teórica de esta afirmación.[3]
v La
materia primera de Aristóteles es pura indeterminación, desprovista de toda
forma, solo perceptible por la inteligencia: la materia que es capaz de recibir
cualquier determinación: la materia primera podría basarse en tò
a5peiron.
v También
la materia
caótica primordial con que
trabaja el demiurgo
de Platón tiene cierta similitud con tò a5peiron.
A1rch’
v Anaximandro fue el primero
en utilizar la a1rch’ en sentido filosófico como “un principio, un origen o un elemento, que
está más allá de lo que es dado, más allá de las apariencias. Y que se
distingue de toda teogonía o de toda concepción mítica por el hecho de que es
impresentable”.[4] Fue el
primero en llamar a1rch’ a tò a5peiron.
v La a1rch’ “otorga
inteligibilidad y estructura racional de lo real y, por tanto, racionalidad
epistémica en el pensar […] Si no hubiera a1rch’, solo
habría generación, mito, génesis, acción confundida con producción, es decir,
relatos y voluntades, y un mundo de hombres y dioses hechos a su imagen y
semejanza”.[5]
v a1rch’ es aquello de donde derivan
y en lo que se resuelven todas las cosas, es aquello que permanece inmutado
incluso en las distintas formas que va adquiriendo.
v a1rch es el “principio que puede definirse como aquello
de lo cual provienen, aquello en lo que acaban y aquello por lo cual son y subsisten todas las
cosas.
Tò a5peiron
v Según Castoriadis, Tò
a5peiron es para Anaximandro lo indeterminado/indeterminable, es lo que está
en el principio de todas las cosas, aquello que no tiene límite (péirata), y aquello de lo cual no pude tenerse
experiencia (peir).[6]
Ø La
idea que Anaximandro tiene es la siguiente: en el mundo existía una determinada
proporción de fuego, tierra y agua, pero cada elemento (considerado como un
dios) tiende continuamente a ensanchar su dominio. Hay, sin embargo, una especie de obligación
o ley natural que restablece constantemente el equilibrio. Tal concepto de la
justicia —de no sobrepasar los límites eternamente fijados— era una de las
creencias más profundas de los griegos. Los dioses tenían que someterse a esta
justicia lo mismo que los hombres.
v Russell,
escribe que Anaximandro poseía un argumento para demostrar que la sustancia
primaria no podía ser agua ni ningún otro elemento conocido. Pues si uno fuese
primario, hubiera conquistado a los demás.
Ø Según Aristóteles, Anaximandro decía que estos
elementos conocidos se encuentran en lucha unos con otros « […] Y,
por lo tanto, si uno de ellos fuese infinito, los demás ya no existirían».
Ø La
sustancia primaria debe ser, por consiguiente, neutral en esta lucha cósmica.[7]
Ø Marzoa,
relaciona tò a5peiron con el Ser, partiendo de
que, en griego, péraç significa
“límite”, es decir: de-terminación, definición, por tanto ser. “El ser no es
esto o aquello, no es ningún ente, no es nada; aquello en, por y según lo cual
es dado a cada cosa su lugar no puede tener a su vez lugar alguno; el principio
de toda determinación ha de substraerse a toda determinación”.[8]
Lo que abre las puertas de la metafísica.
Conclusión
v El hecho de que Anaximandro
haga surgir las cosas justamente de un concepto que carece de toda forma –ya
figura, ya ei<doç[9], ya límite– es la prueba
más límpida de razonamiento que nos habla de la auténtica fundación de la
filosofía.
Ø Es probable que haya
supuesto que el reino del lógoç, lenguaje y razón, y el reino de las cosas, objetos y
seres, sean idénticos. Recordemos el posterior fragmento de Parménides: “…pues lo mismo es pensar y ser”.[10]
Ø Por tanto, “cosa limitada”
se dice tanto de lo que hoy denominamos objetos físicos como de las ideas o
incluso de las palabras.
Ø Pese al intento de Platón de
burlarse, por boca de Sócrates en el “Crátilo”, de una de las joyas del
pensamiento presocrático, en cuanto a que tras el caos aparente existe una ley eterna
que reestablece el equilibrio, según la teoría de la
necesidad-justicia, hay que catalogarlo, como ya hiciera Nietzsche, como uno de
los momentos
más inspirados de la filosofía preplatónica.
v Desde Anaximandro, la tradición occidental ha establecido un
vínculo indisoluble entre lo axiológico y lo ontológico (Nietzsche. Los filósofos preplatónicos)
Colau
Ø
Bibliografía
- Teresa Oñate y
Zubía (El nacimiento de la filosofía en Grecia. Viaje al inicio de occidente.
Dykinson, Madrid, 2004).
- Kirk, Raven y
Schofield (Los filósofos presocráticos. Gredos, Madrid, 2014).
- Cornelius Castoriadis (Lo que hace a
Grecia I). Seminarios curso 1983.
- Felipe Martínez
Marzoa (Historia de la filosofía I). Akal, Madrid, 1994.
- Bertrand
Russell. (Historia de la
filosofía occidental I). Austral,
Madrid, 2010.
-
Friedrich Nietzsche.
(Los filósofos preplatónicos). Trotta, Madrid, 2003.
[1] Teresa Oñate y Zubía (El nacimiento de la filosofía en Grecia. Viaje al inicio de occidente.
Dykinson, Madrid, 2004). Pág. 169
[2]
Teresa Oñate y Zubía (El nacimiento de la
filosofía en Grecia. Viaje al inicio de occidente. Dykinson, Madrid, 2004).
Pág. 45
[3]
Simplicio. Fís. 24, 13; DK 12 a 9. Bertrand Russell., no puede más que
remitirnos a la revista Scientific
American, núm.
248 (febrero de 1983), "Science and
the Citizen”, pp. 58 y 59 (“The
inflationary universe”), que publica la demostración de la existencia teórica
de un número indeterminado de universos.
[4]
Castoriadis (Lo que hace a Grecia I. Seminario del 16 de Febrero de 1983. Pág.
54
[5]
Teresa Oñate y Zubía (El nacimiento de la
filosofía en Grecia. Viaje al inicio de occidente. Dykinson, Madrid, 2004).
CD-ROM Sección VII
[6]
Castoriadis (Lo que hace a Grecia I. Seminario del 16 de Febrero de 1983. Pág.
54-55
[7] Bertrand Russell. (Historia
de la filosofía occidental I).
Austral, versión digital.
[8]
Felipe Martínez Marzoa (Historia de la
filosofía I. Akal, Madrid, 1994.
[9]
Indica el aspecto exterior con significado de
"forma", "aspecto", "tipo" o "especie"
que con Platón adquiere un significado filosófico: Teoría de las Formas.
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