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jueves, 29 de agosto de 2013

A los móviles los carga el diablo



Cualquier asalto a la intimidad de la pareja se considera un agravio y una desconfianza, por eso hay personas que ponen cerrojos a esa intimidad: ¡Malo!, aunque la mayoría piensan que legítimo. Esto significa que no hay deseos, presentes o futuros, de que el otro sea partícipe de algún dato íntimo. La intimidad no debe ser un lugar prohibido, debe ser un lugar accesible que la pareja respeta y, por tanto, cuida de no entrar. Cualquier llave que se ponga a la intimidad se hace en ‘previsión de’ y permite dejar abierta la posibilidad de actuar en contra de la credulidad del otro.

Últimamente, y para mucha gente, su reducto de intimidad es el móvil. Ahí guarda sus contactos, sus chats, sus canciones, sus accesos a redes sociales; en ocasiones resulta una especie de sucursal en el exterior de nuestra propia alma. Por eso, el móvil, a veces, pone de manifiesto la lealtad de la que carece la pareja o de la que carecemos nosotros mismos.

Lista de acciones relacionadas con el teléfono móvil que pueden esconder algo más que un deseo legítimo de intimidad.

1-    Cuando uno de los dos no desea tener el mismo contrato de móvil que su pareja, puede ser para evitar la posibilidad de que el otro consulte las llamadas realizadas por ésta.

2-    Cuando uno de los dos lleva su móvil bloqueado con clave de acceso y no se la da a conocer a su pareja. Puede que exista el deseo expreso de que la pareja no acceda a las entrañas de la intimidad mal entendida.

3-    Cuando uno de los dos lleva el móvil habitualmente fuera de la vista de la pareja, o cuando lo pone sobre la mesa y lo hace siempre con la pantalla hacia abajo, puede que quiera evitar que se distinga de quién es la llamada entrante.

4-    Cuando a uno de los dos le entra una llamada y no la atiende. ¿Era un número desconocido? ¿O era un número inconveniente?

5-    Cuando uno de los dos llama a la pareja y el teléfono de ésta está ocupado, salta el contestador. En cambio, cuando habla contigo y percibe una llamada entrante te dice: ‘Cariño, ahora te llamo, que tengo otra llamada.’ ¿En qué posición nos coloca en su escala de valores?

6-    Cuando uno de los dos llama o envía un Whatsapp a su pareja y no es atendido con celeridad (habrá buenas escusas), en cambio, cuando estáis juntos, el otro siempre atiende las llamadas y contesta los Whatsapps de forma diligente. ¿A qué se debe la diferencia de actitud?

7-    Cuando uno de los dos oculta su ‘última hora en línea’ de su Whatsapp, para que nadie pueda conocer si está en línea o a qué hora realizó su último chat. ¿Qué importancia puede tener si no se desea ocultar algo?

8-    Cuando uno de los dos instala un app localizador de móviles tipo Life360 u otros, normalmente para saber la localización de hijos menores, y la pareja no desea ser incluida en el grupo en aras de su intimidad y libertad de acción. ¿Qué motivo puede existir para que tú no puedas conocer la situación del otro en un momento dado?

9-    Cuando uno de los dos llama a su pareja a través de Face time o sistema similar de video-llamada y ésta no es atendida. ¿Qué entorno no se desea que quede al descubierto?

10- Cuando uno de los dos envía un Whatsapp comprometedor a su pareja y que en realidad debía ir dirigido a un tercero o tercera, entonces sólo queda asumir deportivamente las consecuencias y aprender a ser más cuidadoso, que ‘al móvil lo carga el diablo’.

Los 10 casos anteriores se resumen fácilmente en el siguiente corolario: ‘Si os amáis mutuamente, utilizad los móviles como si los dos fueran de ambos.’ ¡No insistáis en vuestro derecho a la intimidad! Vuestra intimidad debe ser inversamente proporcional al amor que sentís el uno por el otro. En cualquier caso, el tiempo será inmisericorde con los cándidos y cándidas.

Ningún derecho está por encima del amor: del amor emanan todos los derechos sujetos a razón.

Colau

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