¿Hay dos tipos de imbéciles?
Hay dos tipos de
imbéciles: los soberbios, prepotentes, ególatras y arrogantes. Y los
pusilánimes, cobardes, lameculos y boñigas. Queda concluyentemente claro,
quienes pertenecen al primer grupo y quienes al segundo. Aunque, por si el
estupor nos mantuviera aturdidos, los descubriré al final. En cualquier caso,
botarates, majaderos y mentecatos haylos a millares entre la gente “normal”,
porque ser normal hoy en día, es ser un mequetrefe cagón, incapaz de levantar la
voz para pasar desapercibido. Ser normal es ser corrupto o corruptible: todos
somos corruptibles, es cuestión de precio y ocasión. La sociedad está infestada
de injusticia, intolerancia y egoísmo patológico. Somos xenófobos, no por
cuestión de raza, sino por cuestión de dinero: Chaves era un sudaca, Carolina Herrera
es una gran diseñadora. Ambos nacieron en Venezuela. Somos homófobos y
machistas: dos lesbianas son perfectamente aceptables mientras estén buenas y
golosas a la vista de un hombre, quedan descalificadas las gordas, hombrunas y
pelo garçon con greñas grises. Los gays pobres son maricones, los actores,
diseñadores, artistas, etc., son hombres de una sensibilidad extraordinaria.
Las mujeres no aparecen representadas en un grupo de sabios que selecciona el
presidente de la República Italiana, porque en Italia las mujeres sirven como
objetos sexuales para el exprimer ministro Berlusconi. En España, las mujeres,
siguen cayendo como moscas a manos de sus maridos que ahora, han optado por
suicidarse después de acabar con su pareja. Todos apoyamos que siga así, aunque
cambiando el orden de los acontecimientos.
El odio al
semejante, se puede encontrar en cualquier guerra que se precie o que se haya
preciado, Balcanes, Afganistán, Irak, Corea, Vietnam, guerras mundiales, etc.
Todas las guerras se producen exclusivamente por dos motivos: 1º Un bando posee
la verdad absoluta y, como tal, debe imponerla a los demás. Los demás como tienen
otra verdad que esta sí es la verdadera, no les basta con negar la del otro,
sino que deben imponer la suya en nombre de cualquier ser, principio o razón de
fe. 2º Las materias primas que contiene el suelo de algunos países hace que sus
gobernantes sean malos malísimos y deban ser depuestos de inmediato,
evidentemente con la intervención internacional que cederá gentilmente la
explotación de los yacimientos y la reconstrucción del país a quien haya
invertido más en la liberación. En todo caso EE.UU. Y mientras unos imbéciles
se matan en nombre de Yahveh, de Alá o de Satán, otros se enriquecen a su
costa.
Pero los tiempos
están cambiando, Alemania ya no extermina judíos ni se anexiona cualquier
territorio fronterizo, ahora fabrica y exporta productos acabados, pongamos “Porsches”.
Los europeos del sur, que somos más chulos que un ocho, les compramos los que
nos den: un gran coche el Porsche 911 y, como lo importante es fardar, pedimos
nuestro crédito, cuyo banco, que está bajo mínimos, debe pedir dinero al Banco
de España, como éste tampoco va boyante, se lo pide a los bancos alemanes, con
garantía del Estado, que finalmente financian sus ventas de Porsches. Y ahora
nos obligan a tomar medidas de recorte económico para devolverles el dinero que
nos han prestado para comprar sus productos. Merkel ha decidido no invadir con
tanques, sino con la extorsión y la usura para arruinar a los países cuyos
dirigentes y empresarios han acunado en paraísos fiscales los beneficios de
negocios ilícitos con los que se han enriquecido y que deberían servir para
satisfacer la usura aria. Además, se despreocupan absolutamente de la guerra
económica que nos ha declarado Alemania, y que nos está llevando a la más abyecta
e ignominiosa indigencia, física y moral. Pero cuidado, cuando el pueblo toca
fondo, resurge como el ave Fenix, ¡pero con muy mala leche…! Pruebas en la
historia hay que lo corroboran.
Creo que cometemos
un error básico. Nos han vendido que la culpa es: “de los mercados”, “del
gobierno”, de las Comunidades Autónomas”, “de las Empresas”, “de Dirección
general de…”, “de la Conselleria tal”, “del Cabildo cual”, “del banco equis”.
Todo esto, si bien es cierto, a la vez es la mayor falacia de cobarde
autodefensa que argumentan todos los delincuentes que forman parte de estos
organismos. Cualquier ente jurídico, independientemente de su personalidad,
esta comandada por personas, o capullos, o tiranos, pero siempre del género
humano, simplemente por haber sido concebidos por dos seres humanos, aunque
fuera por accidente en un lupanar (burdel), y haber nacido, desgraciadamente
vivos: condición sine qua non para desarrollarse indignamente. Como decía, la
decisión de presentar un ERE, de aprobarlo; de cerrar una empresa; de subir
unos tipos de interés; de conceder préstamos; de exigir su devolución y
proceder al desahucio, de aplicar medidas económicas inhumanas, etc., no son
más que decisiones de gente con nombres y apellidos, escondidos cobardemente
tras la coraza de una entidad jurídica y unas leyes que también ellos han
creado. Todo eso les llena de razones celestiales; inevitables, pero
necesarias; dolorosas, pero convenientes; zafias, pero inteligentes;
retorcidas, pero útiles. ¿Cómo es posible que no les demos con un tronco en la
cabeza cuando hablan en abstracto pero actúan en concreto? Una empresa no puede
ser una asesina, una desalmada, cometer atrocidades, humillar por capricho,
condenar a la indigencia, robar la dignidad. Todo esto sólo son capaces de
hacerlo los hombres, y las mujeres, es decir seres repugnantemente humanos, que
las dirigen.
Estoy cabreado, me
encuentro afectado por la negociación de un ERE que puede truncar el escaso
futuro que me queda. Los unos, la empresa, como decía al principio, grupo
formado por los soberbios, prepotentes, ególatras y arrogantes (pero ricos, y
con un sueldo que aturde). Y por otra, los sindicatos, formados por los
pusilánimes, cobardes, lameculos y boñigas; vendidos a las subvenciones
gubernamentales, directrices ideológicas de algunos intransigentes o vanidades
individuales de orden inconfesable. Se les llama eufemísticamente “agentes
sociales”. Más por lo de agentes que por lo de sociales. Estos fenómenos con
banderitas, defendidos por la sociedad en aras de una corrección política de
cara a la opinión pública que, por cierto, no moverá un dedo en nuestro favor,
seamos correctos o no. Y enmarcados dentro de la estructura básica de un estado
democrático que nos está llevando a la más demócrata de las ruinas y a la más
demócrata, por europea, de las tiranías. Estos, como digo, tienen en sus manos
mi futuro, pero han tenido en sus manos el de millones de españoles que ya veis
donde han acabado. Después de la guerra civil, las colas eran para hacer valer
las cartillas de racionamiento, ahora, congragaciones católicas y
organizaciones humanitarias independientes, intentan disminuir las colas que se
eternizan para mendigar los alimentos que les han usurpado los corruptos,
insensatos e insensibles políticos y empresarios, seres humanos todos,
indecentes todos. Algunos, para congraciarse con Dios, echan una mano en estos piadosos
menesteres para con el prójimo, cuando han ocupado su vida llenando la piscina,
que ahora nos ahoga, de mierda hasta los bordes. No hay duda, Dios se
congraciará con ellos y les ofrecerá, previo pago, un lugar a su diestra.
Estamos en malas manos. ¿Nos lo merecemos? ¡En absoluto! ¿Acabará? ¡Sí, ¿pero cómo?!
En nuestras manos está el modo.
Colaubrotet-de-cel.blogspot.com.es
¡CUANTA RAZÓN TIENES! Si está en nuestras manos, dinos de qué manera...por favor
ResponderEliminarHola Colau, me ha encantado leer algunos de tus pensamientos. Ficho tu blog y por favor, sigue escribiendo. Un abrazo, Macu
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